martes, 27 de agosto de 2013

MANUELA, LA PINTORA DE PAISAJES GRISES

           
 La tarde en que Manuela alcanzó su sueño corría el mes de Agosto y hacía frío de otoño. El mar estaba encrespado y el sol se había perdido en el horizonte, espoleado por la tormenta que se anunciaba ya en forma de viento del Norte.
           
La joven artista alineó sus cuadros sobre las losas de piedra del paseo marítimo. Se sentó a esperar. Unas pocas gotas le bañaron el rostro, pero permaneció impasible. Contempló cómo sus compañeros recogían sus bártulos y comenzaban la retirada sin apenas pestañear. Después aspiró el aire salado, llenándose los pulmones de melancolía añil. El cielo se cubría de grises nubarrones, y Manuela se sintió sacudida por una brisa casi glacial.
            Cuando el primer relámpago encendió el crepúsculo corrió hasta su maletín. Desplegó el último lienzo y lo colocó junto a los otros. La excitación le impidió volverse a sentar, pero se mantuvo a una distancia prudencial hasta que el rayo atravesó la bóveda celeste, ahora ennegrecida por la repentina caída de una noche borrascosa, y descargó su furor sobre la tela, dejando una estela de ardiente naturaleza.

            Satisfecha, reunió todas sus herramientas de trabajo y emprendió el regreso al taller.
DONAIRE GALANTE

miércoles, 7 de agosto de 2013

EL PLACER DE LA LECTURA


Hay momentos para la risa y momentos para dejarse arrastrar por el desánimo. Momentos para discutir, gritar, para dejarse embrollar y disfrutar de lo que ofrece la vida. 
Hay momentos para el dolor y momentos para el amor.
Hay momentos para todo, y las vacaciones de verano podrían plantearse como ese momento justo para retomar alguno de esos hábitos saludables largamente pospuestos.
Deporte, una dieta sana, reuniones con viejos amigos o visitas a rincones olvidados. Con un poco de tiempo, muchas ganas de llenarlo de cosas y relax de cuerpo y espíritu resultará fácil encontrar la excusa para reencontrarse con esa parte de nuestro yo que tanto nos motiva.
Altamente positivo podría ser reservar a la costumbre de leer alguno de estos momentos estivales

No hace falta decantarse por cualquiera de los ejemplares que, desde hace demasiado tiempo, pueblan las estanterías de nuestro hogar. Tampoco recurrir a una de las generalmente admitidas como obras de culto. Y ni siquiera optar por ese volumen que, siguiendo la última moda, ocupa las primeras posiciones en las listas de los más vendidos.
Lee lo que te gusta. Aquello que te apetece. Estás de vacaciones, no te castigues con imposiciones estúpidas. Disfruta con una lectura minuciosamente escogida con el único objetivo de procurarte felicidad.

Sólo así recuperarás un placer susceptible de prolongar tus vacaciones más allá de esas jornadas señaladas con tanto anhelo en tu calendario laboral.

DONAIRE GALANTE