Durante los últimos años está cobrando especial interés en nuestro país una forma de escritura fruto de la combinación entre ficción y periodismo, hasta tal punto, que muchos aseguran que ha llegado a convertirse en el género literario por antonomasia del siglo que comienza.
Aunque literatura y periodismo han estado históricamente vinculados, sólo recientemente se han fundido de forma oficial constituyendo una categoría con identidad propia, fruto tanto del trabajo de numerosos escritores, que han realizado incursiones en el mundo periodístico, como de los periodistas, quienes han convertido sus crónicas en auténticos relatos de interés literario.
De este binomio nacen textos que combinan la aptitud literaria con algunas características inherentes al periodismo como la novedad, la inmediatez o la transmisión de la información.
Diversos autores españoles han desarrollado trabajos en esta línea, como Manuel Rivas (El periodismo es un cuento, Mujer en el baño), Antonio Muñoz Molina (Escrito en un instante), Paco Ignacio Taibo I (Ocurrencias. Notas de viaje) o Juan José Millás.
Pero quizás uno de los pioneros en el cultivo de este tipo de género aplicado al periodismo haya sido el prolífico escritor premio Nacional de las Letras Francisco Ayala, quien en El jardín de las Delicias nos ofrece una maravillosa mezcla de narrativa y periodismo llevada a cabo con una maestría tan deliciosa como sorprendente.
Ironía, ingenio, humor, precisión en el lenguaje y heterogeneidad en el formato son algunos de los ingredientes habituales en esta clase de género que procura, a pesar de la brevedad de las piezas que lo sustentan, momentos de satisfacción plena, como podremos comprobar después de una minuciosa lectura de algunas de las joyas citadas y otras muchas más que atesora nuestra literatura.
