sábado, 14 de septiembre de 2013

ROMANTICISMO LITERARIO


Del hombre racional al emocional.


Este movimiento cultural surgido hacia el final del siglo XVIII en Europa ha extendido su influencia hasta la actualidad. 
El Romanticismo supuso un nuevo modo de entender la vida en general y el arte en particular. Erróneamente asociado al amor, sus principales bases se asientan en torno a la melancolía, lo bucólico y campestre, la contemplación de una naturaleza embravecida, hostil. Los misterios de la humanidad, el individualismo, lo particular frente a lo universal.
La realidad se convierte en una frontera para la imaginación, y esta constatación encamina al hombre romántico hacia la desesperación. El desencanto, la insatisfacción, la frustración, generan dos posturas: por un lado, el escapismo, fuente de creaciones maravillosas; por otro, la rebeldía, origen de héroes resueltos a acabar con la injusticia circundante. 

El romántico se siente atraído por lo exótico 

lo nocturno, lo oculto, desconocido e inexplicable, lo paranormal y lo terrorífico. Siente el paisaje como un medio de experiencia espiritual, de aproximación a su propio ser. Se sublima y, al tiempo, el descubrimiento de su insignificancia lo rebela y decepciona. 

Es un soñador que se opone a las normas 

y se entrega a la experimentación, y esto se traslada también al ámbito de la Literatura provocando en los autores el gusto por la mezcla de géneros y la libertad de formas.

Goethe, Novalis, Schiller, Klopstock, 

Victor Hugo, George Sand, Dumas, Byron, Shelley, Keats, Washington Irving o Poe. 
Cada uno en su época y su país desarrolló algunos de los rasgos característicos de esta corriente.

En España Zorrilla, Espronceda, Larra 

y, más tarde, Bécquer, Rosalía de Castro y Ferrán fueron dignos representantes del Romanticismo imperante, dejando obras que destacan por la exaltación de los sentimientos y una tendencia a abandonarse a las emociones violentas.

Artículo original de DONAIRE GALANTE


2 comentarios:

  1. ¡Qué espanto! Remozaron el museo del romanticismo de Madrid y... ¡Desapareció la pistola con que se suicidó Larra! luego, un pacto de silencio, los funcionarios del museo nunca oyeron hablar de ella, un objeto de culto menos en el mundo.
    Un abrazo

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  2. Ahora poco queda de esa tendencia del romanticismo, el mundo se ha llenado de golfos y mangantes con el mismo perfil.
    Un abrazo

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