Me
pareció de mal gusto que me citara en el McDonald’s, sabiendo como sabe que soy
vegetariana convencida.
A pesar de todo no quise estropearle la cena, de modo que irrumpí en el
establecimiento con una de mis mejores sonrisas, aunque el olor a carne quemada
me obligaba a hacer grandes esfuerzos por reprimir las arcadas.
Debía notárseme
la incomodidad porque todas las miradas se dirigían hacia mi persona.
Cuando me
empujaron en dirección a la cocina se confirmaron mis peores sospechas.
De no ser porque
se me retorcieron los cuernos habría resultado carne de parrilla para las
próximas dos mil hamburguesas.
DONAIRE GALANTE
Bueno, hay quien está convencido de que las plantas también tienen sentimientos (frente de liberación bonsai)
ResponderEliminarUn abrazo
algo tendremos q comer..
Eliminarotro!
Bueno lo importante es que supiste enfrentarte a la cocina....eso si con los cuernos retorcidos...jajja
ResponderEliminarun abrazo
fus
hl, Fus! Gracias por pasar por aquí. un abrazo
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