miércoles, 22 de junio de 2016

COCINAR ES COSA DE MAGIA


 
Me encanta cocinar. Sumar ingredientes para obtener platos deliciosos y siempre distintos.

En el arte de cocinar hay un componente esencial de magia, y ese es el que Merlina e Igor, un pequeño dragón doméstico, nos trasladan en Cocinar es cosa de Magia. Solo hace falta buena disposición y un poco de imaginación para convertirse en un respetable chef. Bueno, y un especiero mágico que encontraréis en vuestras casas con la ayuda inestimable de esta guía.

 
Ahora que tan de moda están los programas de cocina, nuestros pequeños disfrutarán con este libro, perfecto para debutar en ese rincón de la casa habitualmente reservado a los adultos. La autora, Daniela Drescher, quien también ilustra el texto, busca fomentar la curiosidad por los alimentos e inculcar hábitos saludables en lo que a nutrición se refiere. Algunas recetas requieren el uso de la vitro, lo que propiciará felices momentos de colaboración y apoyo familiar. La cocina genera una intimidad y una proximidad únicas. Así es como trabajan nuestra amiga Merlina y su dragoncito: el buen humor y el entusiasmo se aúnan para dar forma a la más sabrosa sopa de calabaza, la ensalada de verduras, la pizza de polenta, el puré de manzana o el pastel de frambuesas.

Si eres atrevido y goloso te encantará Cocinar es cosa de magia. Solo has de hacer acopio de ollas, batidora, cucharas y otros utensilios y seguir las instrucciones paso a paso. 18 sencillas recetas que conseguirán que te chupes los dedos. La diversión está servida… ¿a qué esperas?


DONAIRE GALANTE
 

 

viernes, 27 de mayo de 2016

LUIS Y EL SEÑOR KANDINSKY

 

¿Buscas un álbum infantil divertido y útil? Dos parejas de hermanos de reconocido éxito en sus respectivos ámbitos profesionales nos ofrecen una original propuesta que no podrás pasar por alto.
Se trata de Luis y el señor Kandinsky, un texto que nace de la suma del ingenio de los talentosos jugadores de baloncesto Pau y Marc Gasol, y de Joan, Josep y Jordi Roca, propietarios del afamado restaurante El Celler de Can Roca. ¿Quiénes mejor que estos expertos en deporte y alimentación para trasladarnos hábitos de vida saludables para nuestros pequeños? A este grupo de autores se suma la mano de Óscar Julve, quien le pone color a este maravilloso proyecto.

Como la mayoría de niños de su edad, Luis prefiere volver a casa al salir de clase para sentarse frente a la televisión a disfrutar de algún capítulo de su superhéroe favorito; es viernes y, en cambio, debe asistir al entrenamiento de atletismo. No lo hace de buen grado y, al regresar a casa, expone su contrariedad a su hermana y a su padre. Es molesto, aburrido e innecesario. Sin embargo, el concepto que Luis tiene del deporte cambiará desde el momento en que deba asumir un reto: dar alcance a Kandinsky, el travieso cachorro con el que se proponen sorprender a mamá a la vuelta de su viaje. Los obstáculos que Luis y su hermana han de sortear en el aeropuerto obligarán a aquel a replantearse la necesidad de mantenerse en forma. Durante su aventura, Luis tendrá la ocasión de conocer personalmente tanto a los hermanos Gasol como a los Roca. Cada uno en su respectivo terreno ofrecerá acertados consejos al pequeño para correr y preparar recetas sanas y divertidas a la vez.

Un texto que fomenta los hábitos saludables, continuando con el compromiso adquirido por sus autores; de hecho, el 10% de lo recaudado con ocasión de las ventas estará destinado a la Fundación Gasol, que se ocupa, precisamente, de promover la vida saludable entre niños y jóvenes.

jueves, 30 de abril de 2015

¡LA BOLSA O LA MORCILLA! con TAETRO

Aquí os dejo el vídeo de una de mis últimas obras estrenadas,
¡LA BOLSA O LA MORCILLA!, representación de la mano de la agrupación teatral TAETRO, magníficos actores, mejores personas= un rato de diversión que no os dejará indiferentes.

jueves, 19 de marzo de 2015

WISLAWA SZYMBORSKA

"Lo reconozco, ciertas palabras
me crean problemas.
Por ejemplo los estados llamados ‘sentimientos’
no consigo hasta ahora explicarlos de forma exacta
Lo mismo con ‘el alma’, palabra-acertijo.
De momento concluyo que es un tipo de niebla,
en teoría más duradera que los organismos mortales.
Sin embargo, mi mayor problema es la palabra ‘soy'.
Tiene la apariencia de una acción común,
realizada de forma general, pero no colectiva,
en un antetiempo presente,
de aspecto imperfectivo,
si bien, como se sabe, ya hace mucho perfectivo”.
Confesiones de una máquina lectora.
Wislawa Szymborska



Quedará para siempre en la memoria literaria este poema de la Nobel polaca definitorio por antonomasia de su propia esencia: la de una mujer de curiosidad ilimitada que se dejaba constantemente sorprender por lo que la vida podía ofrecerle. En la autora eslava confluían sabiduría, sentido del humor y una capacidad ilimitada de sentir, rasgos que se trasladaban naturalmente a sus poemas concitando las emociones de los lectores menos receptivos. Por eso vivimos, Llamando al Yeti, Si acaso, El gran número y Gente en el puente son solo algunas muestras de lo que Wislawa Szymborska era capaz de hacer con las palabras.
Tímida e irónica, gran observadora de la realidad circundante, sabía combinar estas cualidades para dar forma a escritos capaces de resumir las inquietudes que acucian el alma humana. Metáforas de aquellos collages que durante casi cuarenta años elaboró para sorprender a sus amigos con recortes de revistas escogidos al azar. Ella misma era un reflejo de sus poemas: sencilla, discreta, resuelta a permanecer con los pies sobre la tierra. Esa tierra que la vio nacer y de la que se resistía a separarse en cualquier caso. De hecho, rechazaba con frecuencia posibles entrevistas, sobre todo si realizarlas implicaba desplazarse fuera de su ciudad de residencia, Cracovia. «Ya viajaré cuando sea más joven», aseguraba en tono jocoso, dando por zanjada la cuestión. Trataba, en la medida de lo posible, de escapar de los grandes discursos y de la notoriedad. Porque a ella interesaban, ante todo, las acciones. Pero silenciosas. De ahí que solo un año después de su muerte fuese de dominio público el hecho de que donara gran parte de la cantidad recibida como premio por el Nobel obtenido en 1996 a escritores necesitados de ayuda. Así lo revelaba el que fuera su secretario, el joven poeta Michal Rusinek, que además preside la fundación que lleva su nombre. Con todo, alguien sensibilizado con el paso del tiempo, la niñez, el peso de la memoria, los problemas de la época que le había tocado vivir; capaz de emocionar atendiendo a esos pequeños detalles que solo advierten quienes envuelven el mundo en una mirada inquisitiva, no puede pasar desapercibido.

viernes, 20 de febrero de 2015

AMOR


La noche en que me disfracé de angelito no tuve tanta suerte como esperaba. Tú me habías advertido que aquel atuendo no casaba con mi personalidad. Pero ya sabes lo terco que soy, y cuando algo se me mete en la cabeza no hay dios que me impida llevarlo a término.
Como aquella vez que trepé hasta tu cama envuelto en una piel de león, y a punto estuve de devorarte, y después me puse el traje de curandero para sanarte las heridas que el león te había infligido a base de zarpazos y dentelladas.
Tú llorabas y suplicabas que te dejara ir, así que tuve que desprenderme de la ropa para recordarte que no podía ser, porque soy tu marido.

Aquella noche había querido repetir con el disfraz de borracho. La emprendí a golpes con una farola, para que vieras lo bien que me metía en mi papel. Pero, en lugar de felicitarme, tú me rogabas que abandonara ese juego.
Y, mira que, por darte el gusto, me coloqué la túnica y las alitas. Pero cuando me asomé a la ventana sentí la violencia del viento que me empujaba, arrojando mi cuerpo al vacío hasta dar con los huesos en el asfalto. Tú estabas en la ventana y sonreías.